En el argot de la mercadotecnia, se entiende como canibalismo (de marca) a la acción de introducir una segunda marca o una marca blanca al mercado, compitiendo con una marca principal propia. En algunos casos, el canibalismo puede ser un efecto deseado (quitar algo del mercado a su marca principal pero también quitar mercado a los competidores), y en otros puede ser un efecto negativo indeseado que termine dañando a la marca principal a partir de acciones de mercadeo erradas.